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Panorámica Barajas de Melo

Barajas de Melo es un municipio de la Alcarria Conquense asentado en la vega del río Calvache sobre las faldas del cerro de la Iruela. Actualmente cuenta con 996 habitantes repartidos entre el núcleo urbano y la urbanización El Ballestar. Su término comienza en la Sierra de Altomira y termina en el río Tajo. Situado a 82 km de Cuenca y a 100 km de Madrid.

            Su orografía accidentada influye en el desarrollo del trazado urbano, compuesto por calles pronunciadas y estrechas, empedradas en el pasado. Desde otro punto de vista el pueblo tiene forma alargada influido por el río Calvache y la carretera, con casas que en su origen debieron ser de tierra con paredes de yeso debido a que es muy abundante en la zona. La Plaza de la Constitución, de forma rectangular, está presidida por su pilón, originalmente concebido como abrevadero para las caballerías.

La ribera del Calvache fue en su tiempo el “centro industrial” dando vida hasta a veintidós molinos y batanes, de los que actualmente solo se conservan tres. En el núcleo urbano histórico están las barriadas del Barranco, la Solana, Barrio Abajo, Cerro Castillo y zonas de cuevas. En la actualidad Barajas de Melo cuenta además del núcleo urbano histórico, con otro de viviendas unifamiliares que conforma la urbanización de El Ballestar.

En el término de Barajas de Melo encontramos restos de poblamiento desde el Paleolítico, pasando por el neolítico, culturas ibéricas o el imperio romano, hasta nuestros días. Podemos afirmar que el nacimiento del actual emplazamiento es anterior al siglo XII, proveniente así de la época musulmana. De esta forma nos inclinamos en señalar el origen etimológico de Barajas en las teorías  sostenidas en un sustrato árabe. Por ello admitimos dos teorías como las más factibles. Una primera donde el término de Barajas está compuesto de Bar (hijo) y Axa (nombre femenino árabe), es decir, hijo de Axa. Y una segunda, que parece la más verosímil, donde Barajas deriva del vocablo árabe baratsa  que significa acto de desafío y combate inmediato. Por tanto, recibiría su nombre por ser un lugar de concurrencia y choques de torrentes que vienen a la vega o; como límite de territorios y exposición a la guerra, sobre todo en la reconquista. De esta concurrencia y choque entre la península musulmana y la cristiana nos dejaría prueba el paso del Cid por estas tierras con su lugarteniente Álvar Fáñez, hecho que tuvo lugar en el barranco de la Celá y que no sólo recogen los libros sino que además ha pasado a ser contado por los habitantes de lugar en una mezcla de leyenda y realidad.

            La actual Barajas de Melo aglutina la población y territorios de los que otros tiempos fueron tres Barajas: Barajas de Suso (o arriba), correspondiente al despoblado San Bartolomé; de Yuso (o abajo), ubicada en los villares de la Ventosilla; y del Medio, la actual Barajas de Melo, que reasumió los restos, derechos y propiedades de los tres a partir del siglo XV.

            Con el fin de de diferenciarse de otras Barajas, recibió el sobrenombre de Huete, por haber sido aldea de la ciudad. Pero por desavenencias entre ambos, Barajas de Huete buscó la integración y pertenencia al partido Judicial de Tarancón.

            En 1553, Carlos V concede el Privilegio de Villazgo a Barajas, lo que le exime de la tutela de Huete, y pasa a denominarse Barajas del Rey durante un siglo.

D. Francisco Melo, a cambio de servicios al Rey Felipe IV para sofocar la sublevación catalana recibió el título de Marqués de Vellisca, y se le entregaron propiedades en Barajas. Así, en 1646, Barajas del Rey queda fuera de la jurisdicción del realengo para pasar a ser subordinada al señorío de los Melo Portugueses y recibir ahora el apelativo definitivo hasta día de hoy de Barajas de Melo.

            Francisco Melo de Portugal y Castro (1597-1651), I Conde de Assumar, era hijo de Constantito de Portugal Braganza y Melo y de Felipa de Melo y Silva. Pertenecía a Casa Real de Portugal y a la dinastía Braganza. Inició muy joven su carrera en la corte de Felipe IV, donde fue escalando en influencia. Aunque astuto en labores de diplomacia, de capacidad militar limitada y pésimo criterio en las decisiones tácticas. Su rango más superior fue el de Gobernador de los Países Bajos. Junto con el marquesado de Vellisca también fue recompensado con el de La Laguna. También fue Vizconde de Saceda.

«El que pueda vivir que viva, entre el tajo y altomira»

            Barajas de Melo es a su vez, cuna y lugar de paso de nombres importantes que merece mención como: el doctor Montalvo, El Brocense, Conde de Melo, El Cid, y sobre todo Fermín Caballero, alcalde de Madrid, Diputado y ministro de la Gobernación en la coronación de Isabel II. D. Fermín pronunció la frase tan célebre entre los barajeños: “El que pueda vivir que viva, entre el Tajo y Altomira”.